lunes, 8 de febrero de 2016

DE REPENTE...

Justo cuando ya lo daba todo por perdido y había dejado de importarme, de repente... tú.

De repente tú y tus ojos azules (o verdes o grises, según la luz), tu acento de otras tierras y esa manera de mirar que hace que me tiemblen las piernas.

De repente tú y tus manos grandes, tu sonrisa de diablo burlón, tus piernas largas y tu melena al viento.

De repente tú y todos tus besos, todos tus abrazos, todas tus caricias y esa forma de apoyarte en mi que me derrite el alma.

De repente tú y todas tus luces, tus sombras, tus palabras y tus silencios.

De repente tú y todos tus problemas, todos tus secretos, todas tus historias y todos tus complejos.

De repente tú y mi vida cambia, se caen mis barreras y empiezo a sentirme cómoda en mi piel.

De repente tú y te conviertes en lo mejor que me ha pasado en años, la casualidad más bonita de mi vida, lo que necesitaba sin saberlo, mi salto al vacío, mi abrir las alas y volar sin mirar al suelo, mi "qué me importa lo que digan los demás", mi punto débil y mi fortaleza, mi amigo y mi amante, mi tormento y mi remedio, mi "pase lo que pase, ésto no me lo quita nadie".

De repente tú y ya no hay vuelta atrás. Una mañana te miré medio dormido en tu cama y la verdad me golpeó: te quiero. Ya no tengo vía de escape. No supe cómo decírtelo, porque no lo había hecho antes, y ni siquiera sabía si querías oírlo... Pero lo dije y funcionó. De todas formas creo que lo sabías porque, a falta de palabras, te lo dije en cada beso, en cada caricia, en cada abrazo, en cada mirada, en cada sonrisa, durante los últimos meses. Yo no sé disimular mis sentimientos.

Y de repente voy y lo estropeo todo. Porque tampoco sé callarme cuando debo ni soy capaz de entender lo que pasa por tu cabeza cuando tengo ganas de tí y tú no pareces sentir lo mismo. Y me siento rechazada, pequeña, estúpida, insignificante, culpable y mil cosas más que no sé nombrar. Pero cuando eso pasa, lo único que no dudo es que te quiero, que no quiero perderte. Sé que he metido la pata y que ahora mismo no quieres ni verme... pero no te vayas, no me dejes. Mi vida vale la pena porque tú estás en ella. Si te vas, sobreviviré porque lo hago siempre, pero todo será más triste sin ti. Eres mi alma.

Te quiero.

Mjo