domingo, 4 de septiembre de 2022

DESDIBUJADA


La mañana siguiente al día de mi cumpleaños, me miré al espejo y no me vi. Desde el otro lado, una extraña me devolvía la mirada, tal vez preguntándose también quién era la mujer con la que se había encontrado. Y es que no sé...

Hace meses que estoy como perdida, desordenada, desdibujada, harta de muchas cosas y deseando otras que no puedo tener. Me pinto una sonrisa cada día, salgo, me muevo, hablo, me rio, propongo cosas, acepto retos, leo, escucho música, hasta bailo, sueño, sigo echando de menos a algunas personas (a otras no, para nada) y, aunque no lo publique, escribo. Pero no soy yo, no del todo.

Me pregunto en qué momento del camino cogí el desvío equivocado y no consigo recordarlo. Y sigo buscando la salida que me devuelva al punto exacto en el que me extravié, porque en algún momento tengo que volver ¿y por qué no este, que es tan bueno como cualquier otro? Ya no tengo ganas de seguir lamentándome, rescatando recuerdos de un ayer, o hace un año o dos o tres, en los que la vida me corría por las venas a toda velocidad. Quiero, necesito crear algunos nuevos, volver a empezar (por enésima vez) porque rendirse nunca fue una opción y no sé por qué narices, durante todos estos meses, me parecíó que era la única que tenía.

Por suerte, la fuerza que a mí me falta la saco de todos los que eligieron quedarse, aunque sea a distancia, aunque sea solo por un rato y de vez en cuando; ellos saben quienes y por qué lo son. A vosotros, gracias por estar aquí. A los otros, a los que un día decidieron que aquí no era, buen viaje y gracias también, que de todos he aprendido algo y eso también hay que reconocerlo.

En fin, que 51, babe, y pienso seguir dando la lata, para bien o para mal. Es septiembre, mi mes. ¿Empezamos? 


Mjo

04-09-2022