Dagoll Dagom estrenó en 1993 una de sus obras musicales más celebradas, "Flor de Nit", ambientada en la Barcelona pre-guerra civil. Al ritmo de unas canciones preciosas, con letras ingenionas y poéticas, seguimos los avatares de un grupo de artistas del espectáculo que luchan por sobrevivir como buenamente pueden en una ciudad cambiante, dividida en burgueses y trabajadores, donde las bombas anarquistas ponían acento a la inauguración de la Exposición Universal del 1929. El triángulo amoroso entre Rosa, Quimet y Reynals se presume trágico desde la primera nota pero no se puede preveer el final hasta que se desarrolla ante nuestros ojos. Como no se me da muy bien describir sin meter la pata y contar más de lo que debo, os copio el texto con el que la compañía presentaba la obra, escrito por el propio Vázquez Montalbán, autor del libreto original:
"Año 1991. Los Juegos Olímpicos se acercan y debe destruirse para
construir. Debe derrumbarse el antiguo local de FLOR DE NIT y, en las
horas previas a la demolición, SEBASTIAN REYNALS, el viejo cronista de
la ciudad, rememora aquello que fue FLOR DE NIT en aquellos años de
esperanza que fueron de 1929 a 1936, a través de un flash-back casi
ininterrumpido. Ante el espectador aparece el doble juego de la vida
cuotidiana en diferentes niveles sociales de una Barcelona en transición
y el contrapunto de las actuaciones de los artistas en el cabaret FLOR
DE NIT.
El cabaret es quien lleva el nombre, pero toda la ciudad y todas sus
clases sociales juegan a la doble conducta, excitados por los tiempos de
revolución cultural y política que se acercan.
Sobre este fondo, el triángulo formado por QUIMET, el anarquista
idealista sin suerte; ROSA, la chica obrera que quiere conseguir su
propia identidad, y SEBASTIA REYNALS, el intelectual que juega a
relacionarse de noche con las flores prohibidas o del mal, sirve de
urdidumbre sentimental básica para todas las otras relaciones sociales y
psicológicas.
FLOR DE NIT no es un espectáculo nostálgico basado en escenas
convencionales de cabaret y en canciones del pasado. FLOR DE NIT es una
propuesta dramática que utiliza elementos significativos de aquello que
fue la ciudad y su alegría nocturna, pero recreando absolutamente la
música y la letra de esta transferencia.
La música recoge, en cualidad de homenaje, lo que fue el eclecticismo de
un tiempo situado entre la avantguarda y el populismo. Pero tanto la
música como la letra pasan por el filtro del gusto receptor
contemporaneo.
Es decir, FLOR DE NIT no es un musical arqueológico. FLOR DE NIT es un
musical que convierte la rememoración del pasado en metáfora del
presente: tanto en la forma como en el fondo. Una constante, yo creo, en
mi obra." (Manuel Vázquez Montalbán)
Para mí, que tuve la suerte de verla en el año de su estreno, fue toda una revelación. Sentada en la tercera o cuarta fila, tan cerca que cualquier actor habría podido caer sobre mis rodillas por un mal tropezón, contemplaba el desarrollo de la historia sin perderme una sílaba de las canciones. Al acabar, entre los aplausos de los espectadores, sólo podía pensar "ésto es lo que quiero hacer, ¡ésto es lo único que quiero hacer en la vida!" Me sentía... viva, vibraba, estaba deslumbrada por lo que había visto y me propuse buscar la manera de estudiar arte dramático y conseguir, de alguna manera, acabar subida a las tablas de un teatro, viviendo una y mil vidas. Por desgracia, no todos los sueños se pueden conseguir y en casa hacía más falta un sueldo que una (posiblemente) futura actriz fracasada. Puse los pies en el suelo y abandoné cualquier intento, aunque a veces pienso que he estado actuando todos los días de mi vida sin que nadie lo sepa. Pero esa es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión (Gracias, Mr. Ende!)
El día 25 de diciembre, hace nada, volví a ver la obra de la que tan
buenos recuerdos tenía. Esta vez, el formato fue ligeramente diferente,
la compañía es más pequeña y tenía más aspecto de cabaret, con ese toque
de decadencia que tan bien casa con la época que retrata. Cuando se
apagaron las luces y apareció el primer actor, entonando "El Paral.lel",
se me disparó el corazón y las palabras vinieron a mi boca como por
arte de magia. Ya no hubo nada más ni importó nadie más. Fuera del
Almería Teatre se quedaron los peores recuerdos de este año infernal.
Dentro, mi fantasía, mi sueño y yo. Volví a sonreír con los mismos
chistes, me emocioné con las mismas estrofras ("entre el hombre y la
mujer, lo más profundo es la piel", "Pronto podré cruzar las fronteras y
volveré para limpiarte el llanto, llevaré todas mis banderas, de todas
ellas la tuya sobre el corazón", "el amor no es ciego, el amor es
tuerto, con un ojo dice que sí, con el otro que no") y casi, casi se me
vuelve a escapar una lagrimita en el momento final. Y sí, volví a desear
ser parte un elenco que fue capaz de llevarme al pasado sin moverme de
la butaca. Se me olvidó el dolor de cabeza, la fiebre que ya amenazaba,
el sueño, el cansancio... y sólo fui una espectadora arrebatada por una
historia por la que no pasa el tiempo. Fue una experiencia memorable, de
nuevo.
Para mí, "Flor de Nit" no es sólo una obra
musical. Es una inmensa carta de amor que Vázquez Montalbán escribió a
una ciudad, Barcelona, y una época, aquella que bordeaba el inicio de la
Guerra Civil, en la que las pasiones desbordaban las calles. Los
señoritos bien se casaban con señoritas decentes, cargadas de dinero y
buenos apellidos, pero disfrutaban de las bondades que el Paral.lel les
ofrecía. Los anarquistas ("¡Ni Dios, ni patria ni rey!") luchaban a su
manera por un mundo más justo, a veces sólo con palabras, a veces con
dinamita, perdiendo cada pequeña batalla pero confiando en ganar la
guerra. Y ellas, las flores de la noche que regalaban encanto y sueños
de satén, capaces de jurar amor eterno a cambio de un "pisito divino en
Valencia con Muntaner" o un par de pendientes... Unos y otros andaban
con un pie en las sombras y el otro a plena luz de sol. Unos y otros
hicieron de Barcelona lo que es, una ciudad llena de contrastes, capaz
de lo mejor y lo peor, pero que nunca decepciona. E incluso cuando lo
hace, sabe hacerse perdonar. Esta ciudad es una mujer, caprichosa y
nocturna, hermosa y fría, cruel y acogedora, peligrosa y brillante.
Única y verdadera.
En fin, que si os sobra tiempo y no
sabéis cómo perderlo, acercaros al Almería Teatre y disfrutar del
espectáculo. No esperéis un gran despliegue de medios ni alfombras rojas
en la entrada, es una sala pequeña y con ese aire clásico que tanto me
gusta, pero os garantizo que vale la pena acercarse hasta allí. Y si
vais, hacerme un favor: cerrar los ojos cuando Rosa os cante "Flor de
Nit" o "Ciutat de Ivori". Cerrar los ojos pero tener los oídos muy
abiertos para no perdernos ni una sola frase. Y luego ya me contaréis
qué os ha parecido... Os aseguro que no os vais a arrepentir.
Mjo
WEB DEL ALMERIA TEATRE: http://www.almeriateatre.com/temporada06/flordenit.htm
WEB DE DAGOLL DAGOM:http://www.dagolldagom.com/es/flor-de-nit-1992