La cuestión es que esa primera vez, como todas las primeras veces que realmente merecen hacerse un hueco en nuestra memoria, me marcó para siempre. Star Wars es mi saga favorita, todavía me dan arrebatos y me paso un fin de semana de marathon con todas las películas, incluidas las "nuevas" que sin poder hacer sombra a las originales tienen su "aquello" que me enganchan (Ewan McGregor, se llama el "aquello" en cuestión), y escuchar la Marcha Imperial me pone la piel de gallina siempre. Con el tiempo, Luke perdió el brillo de su melena rubia de angel interestelar, Han Solo se calzó un fedora y se dedicó a desenterrar reliquias por el mundo, Yoda murió, a C3PO le chirriaban los muelles, la Estrella de la Muerte explotó, los cazas regresaron a los hangares y, en fin, todo cambió. Incluso yo. Sin embargo, confieso que cuando enciendo el DVD y apago las luces del salón, yo desaparezco. En mi sofá se sienta de nuevo la niña de entonces, con los ojos igual de abiertos que aquella lejana tarde, y vuelvo a emocionarme.
Hay películas y personajes que se te meten bajo la piel y se quedan a vivir contigo para siempre. Me ocurrió con "El Club de los Poetas Muertos" y el maravilloso profesor Keating; cuando Robin Williams murió, perdí un referente en la gran pantalla y, de alguna manera, en mis años de post-adolescencia. Ayer, al enterarme que había muerto Carrie Fisher, sentí algo incluso peor porque no era mi yo adulto el que la perdía si no mi yo niña la que se quedaba sin ella. Leia fue su gran papel en la gran pantalla pero fuera de ella tuvo que lidiar con muchos demonios, demasiados, pero jamás bajó los brazos y ni se ocultó. Fue valiente con una pistola láser y también enfrentando sus abismos. No sé la de mensajes de condolencia habré leído ni la de imágenes de homenaje que habrán cruzado la red en estas horas, pero seguro que allí donde esté ha sentido el lamento de toda una generación, la mía, que creció pendiente de sus aventuras pero también de las que vinieron después porque Star Wars no es sólo una saga de películas de ciencia ficción. Su dimensión va más allá de lo que yo soy capaz de expresar pero aquellos que compartan mi fascinación sabrán de lo que hablo. Y los que no, que me llamen friki, que con mucho orgullo les diré que tienen razón.
Adios, Carrie Fisher, gracias por todo. Hola, Leia, estrella para siempre.
Mjo