jueves, 17 de noviembre de 2016

ABISMOS

Habíamos pasado la noche juntos. No era la primera vez pero algo, aquella mañana, fue diferente. No podíamos quitarnos las manos de encima, no nos alcanzaban los besos, no queríamos separarnos pero tuvimos que hacerlo. Los dos teníamos obligaciones. Salí de su casa sonriendo de oreja a oreja. No hay duda que mis pies caminaban sobre el suelo pero mi cabeza flotaba muy por encima de las nubes. Repasaba la noche y la mañana mientras observaba las caras de la gente que viajaba junto a mi en el metro. Aburridos, tristes, enfadados... grises. Yo, en cambio, era feliz, sonreía, estaba contenta, era roja. Rojo brillante. Nada ni nadie podía arruinarme la vida, ni siquiera el día o un minuto. El mundo era mío. Él era mío, empezaba a creerlo.

En el trabajo no podía concentrarme y le envíe un mensaje. "La próxima vez te despierto a las siete. ¿Cómo quieres que ahora me aclare con las facturas? No voy a acertar ni un número". Llegó el aviso de lectura y empezó a contestar. A calles de distancia podía sentir su sonrisa de diablo burlón. Un pitido. Dos frases. Cuatro palabras. Un cataclismo. "Vuelve. Te quiero, amor".

El móvil se me cayó de las manos y me tapé la boca mientras cerraba los ojos. El corazón empezó a latir acelerado. Recuperé el móvil, leí el mensaje una y otra vez. ¿Me quería? ¿Me estaba diciendo que me quería? Nunca antes me lo habían dicho y, francamente, me había convencido que jamás me lo dirían. Necesitaba una respuesta acorde, decirle que yo también empezaba a quererle pero me dio miedo y me callé. No sé qué pasó ese día, después de ese momento, pero tres meses más tarde todo había acabado.

Hoy hace un año de aquella mañana, de aquel mensaje, del terremoto que me cambió la vida y me lanzó de cabeza al abismo. ¿Qué hago ahora con todo lo que siento, con los recuerdos que no consigo olvidar? Cuatro palabras y todo mi mundo se viene abajo. Otra vez.

La noche pasará, de alguna manera, y mañana me lavaré la cara y aunque no pueda pintarme una sonrisa, de alguna manera conseguiré fingirla. Y así hasta el final.

Estoy cansada.

Mjo