lunes, 4 de abril de 2016

REVELACIONES, QUE HABERLAS...

" ¿Sabes qué es lo más raro? Que la última vez que te acuestas con alguien, no sabes que es la última vez. Piensas: "Tenemos problemas, tenemos que arreglar algunas cosas" pero nunca piensas... Después cortáis y, un mes más tarde, lo recuerdas y dices: "Oh, esa fue la última. Aquel jueves o aquel viernes o cuando sea". Y desearías haber prestado atención porque era la última vez, ¿sabes?" (Boys on the side)



Alguien debiera avisarnos de cuándo es la última vez que hacemos algo. La última vez que vamos al parque de atracciones, que comemos un helado en esa terraza, que oímos una canción, que vemos una película, que viajamos en un coche... La última vez que abrazamos a alguien, que oímos su voz, le besamos en los labios o compartimos su cama. Si alguien o algo nos diera una señal, si nos concedieran un instante de lucidez para saberlo, quizá fueramos capaces de abrir los ojos o los oídos, de prestar atención con los cinco sentidos para no perdernos ni el más pequeño detalle, por insignificante que pueda parecer. Porque cuando te das cuenta de que no vas a poder repetirlo nunca más, descubres cuánto te perdiste por estar distraída por cualquier cosa, porque creías que habría más, por no ser capaz de ver que era la última vez.

Llegan entonces las lamentaciones, los reproches y la culpabilidad pero ya es tarde porque no hay vuelta atrás. No queda más remedio que aceptarlo y empezar de cero, partiendo desde el punto muerto en que el destino te ha puesto y confiar en que la próxima última vez será distinta. Porque sabes que habrá una más, o cientos. Porque siempre hay una más, o cientos. También de primeras veces.

Tengo montones de primeras veces, algunas buenas y otras no tanto, y otro montón de últimas veces. De todas se aprende... dicen. Sólo espero estar más atenta cuando llegue la siguiente, ya sea la primera o la última.

Mjo
04-04-16