domingo, 24 de mayo de 2020

SALTO AL VACIO (semana 19)


Ana. Anastasia, en realidad. Su madre rompió aguas después de ver en televisión la película “Anastasia”, protagonizada por Ingrid Bergman, sobre la vida de la supuesta única descendiente de los Romanov que sobrevivió a la masacre, y decidió ponerle ese nombre a la criatura que, treinta y dos horas más tarde, vino al mundo berreando a todo pulmón. Siempre dice “Podría haberme llamado Ingrid, que es un nombre bien bonito, pero no. Ella va y me castiga a cargar con un nombre horrendo para el resto de mi vida”. Aún no se lo ha perdonado y, a estas alturas del partido, no creo que lo haga jamás.

Ana, Anastasia, tiene tendencia al drama y a exagerar todo aquello que vive o siente. Disimula, recurre al humor y la ironía para ocultar sus sentimientos, y hay que reconocer que casi siempre tiene éxito. Poca gente sabe de las tormentas interiores que arrastra; ni siquiera los más cercanos pueden imaginar cuántas veces ha escondido el dolor detrás de una amplia sonrisa. Lo guarda todo en un rincón, protegido de las miradas de propios y extraños, y casi nadie tiene acceso. Ni siquiera ella, que sabe que atravesar esa puerta suele ser una mala idea, atractiva pero peligrosa.