domingo, 7 de junio de 2020

POR MIS VENAS (semana 21)


07-MARZO

Volví ayer a casa. Todo me parece extraño, como si perteneciera a otra persona y a otra vida que ya no existe. La puerta de mi habitación ha desaparecido, por recomendación médica, y todas las ventanas tienen ahora un cierre con candado. En la cocina, y prácticamente en toda la casa, han desaparecido los instrumentos cortantes o aquellos objetos que podría convertir en armas para herirme. Estoy bajo vigilancia constante y lo cierto es que no tengo derecho a quejarme, es la penitencia que debo pagar por la gravedad de mis pecados. Mis padres me miran con una mezcla de tristeza y miedo que a duras penas puedo soportar. Soy consciente de que lo intentan y no puedo, ni quiero, pedirles más pero este regreso desde el más allá me está costando demasiado esfuerzo. Anoche me quedé dormido acariciando las cicatrices de mis muñecas. Hay quien cuenta ovejas para superar el insomnio, yo lo hago contando los puntos de sutura que cerraron las heridas por las que casi se me escapó la vida. Es el único punto de realidad que me queda. El resto, todo lo demás y todos los demás, son sólo imágenes borrosas.