¿Qué pasaba si se estropeaba? O se rompía. Y si no
nos soportábamos, ¿qué íbamos a hacer si no nos aguantábamos? ¿Teíamos que quedarnos
solos, cada uno a su aire, en algún rincón lejano del Paraíso? Nah, no me parecía
que hubiera sido muy inteligente con esto de la creación, no lo pensó bien.
Quiero decir, ¿tenía un plan B? Porque si así era, nos lo debería haber contado,
¿no? Se pasaba el día señalando todo lo bueno que había hecho, ya fuera útil o
inútil, hermoso o feo, pidiendo que le hiciéramos casito y cantásemos alabanzas
sobre su maestría ¿y no nos daba alternativas por si algo no funcionaba? Qué
patinazo... No lo culpo, claro. También era su primera vez en esto de ir
creando mundos y llenarlos de criaturas y demás. Seguro que tomó buena nota de
los fallos y la próxima vez lo hará mucho mejor. O eso espero, al menos. Lo
malo es que a mí me tocó vivir en éste y siento tener que decir que empecé a
ver tantas cosas por arreglar que no sabía ni por dónde empezar. Bueno, sí:
Adán. Señor, qué muermo.