Francamente, no tengo ni idea de por dónde empezar. Desde el mismo momento en que di la noticia de que LIBROS INDIE me ofrecía la posibilidad de publicar mis relatos, escritos durante el año pasado con las normas del Reto Ray Bradbury, ando dando vueltas a la mejor manera de hablar de ello sin pasarme de egocéntrica. Con la gente que me conoce es relativamente fácil, ya saben que es uno de los pocos sueños que siempre han estado en mi lista que se va a convertir en realidad, así que no necesito darles muchas explicaciones. A los dicen que están esperando que llegue el día que salga para comprarlo y que se lo firme, gracias adelantadas, no sabéis lo mucho que significa vuestro apoyo para mí. Llegar al resto del mundo (hala, qué patinazo) es algo que no sé muy bien cómo enfocar. Confío en eso del "boca-oreja", en que quien lo lea y le guste, le hable a otros de mi criatura y alguien se interese lo suficiente como para darle una oportunidad. Pero eso no será suficiente, claro, será necesario hacer algo más.
Por otra parte, está el juego que me ofrecen las maravillosas-malditas redes sociales. Tengo perfil en Facebook desde hace años, pero no quiero usarlo para algo así. Una buena amiga, que tiene una página de reseñas de libros ("Takoneando entre libros", buscadla y seguidla si la lectura es uno de vuestros vicios) y sabe de lo que habla porque conoce a escritor@s de verdad, de los que tienen más de un libro publicado, me recomendó abrir una página de escritora. Así, de primeras, me pareció exagerado porque, ¿sabéis?, atreverme a considerarme "escritora" es algo que me sobrepasa. No sé, es una palabra demasiado grande para lo que he hecho y todavía ando intentando usarla sin que se me suban los colores. Cada vez que la digo en referencia a mi persona, espero que aparezca uno de verdad y me grite "¡impostora!". En fin, pajas mentales a un lado, al final creo que tiene razón y voy a empezar a darle forma en estos días. En algo tengo que ocupar las tardes, ¿no? Cuando acabe con la entrada de este blog, me pondré con ella y a ver qué sale. Ya os pasaré el enlace o lo que sea, por si os interesa pasaros y compartirlo. En Instagram también iré colgando cosas; por ejemplo una foto de la portada diseñada por mi hermana, a partir de una foto mía de la Estació de França, que he propuesto, fragmentos de los relatos (que no den muchas pistas, ¡nada de spoilers!), noticias que me pasen de la editorial sobre la publicación, etc. Y en Twitter, que uso mucho para cotillear y poco para "píar", usaré el mismo sistema más o menos. Quizá me abra un perfil sólo para eso, ya veremos. Tampoco quiero tener doscientas identidades diferentes, que al final terminaré con un trastorno de personalidad múltiple. Lo que me faltaba, vamos. Sigo a varios escritores en esa red, puedo prestar atención a los hashtag, perdón, las etiquetas que usan para promocionarse y, quizá, así pueda llegar a más gente. Es cuestión de ir probando, ¿no? Prueba, error, prueba, error. Si funciona con la ciencia, ¿por qué no iba a hacerlo con la literatura?
La cuestión es que el día que envié el contrato firmado el 25 de marzo, y me contestaron diciendo que estaba todo correcto y ya entraba en la cola de edición, empecé un camino donde ando moviéndome por intuición, con ganas de aprender y seguir adelante, aunque sea a tropezones. Quién algo quiere, algo le cuesta, dicen. Y a mí nadie me ha regalado nada nunca. El premio final, un libro impreso de forma profesional, con mi nombre en la portada y mis historias dentro, bien vale la pena todos los esfuerzos que tenga que hacer. No voy a hacerme rica, no aspiro a algo así, lo juro. Me tomo todo esto con la misma filosofía con la que empecé el blog, los dos, hace tantos años: compartir lo que escribo, ya sea un trocito de mi vida o una historia fruto de mi imaginación, que lo lea una persona y, sin conocerme, lo disfrute o incluso llegue a sentirse identificada con ello. Si de rebote me escribe para decirme lo que piensa, mejor que mejor. La crítica siempre será bienvenida y será una lección a tener en cuenta para el futuro, pero ojito, ¿eh? ¡Que el ego de los escritores es muy frágil! Noooo, es bromita... pero sí, criticad con cariño, que a mí llorar me cuesta poco.
A quién lea esto, por favor, le pido que lo comparta, para que vaya llegando a más gente y ¡empiecen a desear leer mi obra maestra, jajajajaja! Ahora en serio, os lo agradecería mucho. Necesito ayuda y como dinero no os voy a pedir... ¡de momento, al menos! 😉👄
¡Nos vemos en las redes!
Mjo
15-04-2021
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